sábado, 8 de marzo de 2014

 El Maestro que Tenía por Oficio Enseñar.
 
Jesús Octavio Milán Gil
Había una vez un maestro que tenía por oficio enseñar, pero no enseñar mecánicamente un guion para que todos lo siguieran, sino enseñar a pensar.
 
Un buen día este maestro llego a una preparatoria, ataviado con su maletín y sus cartulinas, en el Colegio le ofrecieron un aula para poder empezar a hacer lo que a él le gustaba.

El primer día de presentación todo marcho perfectamente, era el primer día, el profesor presento el encuadre de su materia y los alumnos estaban contentos, había un buen ambiente, pensaba el profesor.
Al segundo día empezó el curso de su asignatura, mientras los alumnos entraban, el dibujaba una serie de cuadrados dentro de mas cuadrados. 

Los alumnos se miraban entre ellos y se preguntaban: ¿Qué le pasa al maestro?, ¿Qué no es clase de química?

Cuando el profesor termino les dijo a sus alumno que empezaba la clase, su labor era por grupos ver cuántos cuadrados había y que establecieran conclusiones a las que habían llegado con el ejercicio, pero no sobre el ejercicio, sino extrapolándolo a cualquier situación.

Los alumnos confundidos empezaron a realizar la tarea, después cada grupo leyó sus conclusiones, siendo la más usada “Uno no puede quedarse solo con lo que ve a simple vista, sino que tiene que ir mas allá”, aparte de otras tantas.

Todo esto era muy raro, nunca habían tenido una clase así, a la clase siguiente ya vino otro maestro, puso un proyector y empezó a leer la lección, el profesor siguiente se sentó en la silla y empezó a dictar para que lo alumnos copiasen lo que decía, al rato llego otro maestro y los puso a dibujar y luego otro que paso una película que ni al caso con el tema planeado, pero los alumnos contentos por perder clases.

En la asignatura no iba a haber examen, sino que se iba aevaluar por trabajos, trabajos consistentes en hacer pensar al alumno distintas situaciones experimentales, como realizar experimentos y lectura de textos individuales comentándolos, no comentar el texto, sino lo que te había sugerido, lo que te había hecho recordar, pensar, hacer analogías...

El profesor pensaba que todo" iba viento en popa", que todo marchaba bien, al fin y al cabo uno de los principales objetivos de la escuela, es que los alumnos piensen por sí mismos, pero… ningún alumno iba a su cubículo a preguntarle ni hablar con él.
 
El pensaba, tal vez sea porque necesitan “empezar”, ya vendrán y podremos hablar de lo que les parece la asignatura y de cualquier tema, no solo ¿qué es una mezcla? o ¿Un compuestos? o ¿ Cuáles son los métodos de separación de mezclas?.
 
Pero si los alumnos iban a su cubículo era porque algunos ejercicios no los entendían bien.

          ¿Se puede hacer así?

          ¿Está bien?

          ¿Qué me falta?


La respuesta del profesor era siempre la misma, si tú crees que está bien, toma una decisión, toma una responsabilidad, yo no te voy a resolver la tarea, yo no te puedo decir si una idea está bien o mal, guíate por ella.
 
Pero los alumnos se sentían a disgusto, sus clases pensaban que eran una pérdida de tiempo, mientras en la siguiente entraba otro profesor a dictar para que los alumnos tomaran apuntes.
 
El profesor tenía ciertas informaciones del disgusto de los alumnos. El les dijo en clase que entendía su actitud ya que el sistema educativo había sido siempre así con ellos y les estaba mecanizando y que por ello esto lo veían de esta forma, pero que nunca es tarde para cambiar, una investigaciónrequiere ingenioiniciativa e inventiva y eso no te lo pueden enseñar libros de texto, sino que tienes que sacarlo por ti mismo.

Rompan con su paradigma, cuantas veces sea necesario para lograr muy buen éxito, en todo lo que se propongan lograr.

El maestro, dirigiéndose a sus alumnos les dice:
 
Les voy a contar el cuento del niño y la “flor roja con el tallo verde”.
 
Al terminar el cuento, todos guardaron silencio. Y el maestro aprovecho para decirles a sus alumnos… No sean así, decía, no pinten todos lo mismo, cada persona es única, cada persona es distinto, cada persona es diferente.

Pero el mal ya estaba hecho, un grupo de alumnos silenciosamente se quejaban a la dirección ¡que se vaya! ¡No aprendemos nada!. Poco a poco las quejas eran mayores, hasta que la dirección decidió tomar una decisión...el profesor debía de ser expulsado.

Él en cuanto se lo comunicaron decidió recoger sus cosas, veía por los pasillos a alumnos que había estado conviviendo, ellos no le miraban... al final salió de ese lugar para siempre, mirando hacia atrás con lagrimas en los ojos pensando no en su prestigio profesional o el dinero, sino en que había fracasado, los alumnos habían decidido ser un producto más, ser todos iguales, habían decidido no pensar.

Usted ¿Qué habría elegido?

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