-Vaya, parece que te resistes, amiguita -dijo Luigi Galvani-. Voy a colgarte de este gancho mientras uso este bisturí que tengo aquí, a ver si consigo ver lo que… ¡Santo cielo! ¡Qué pasa aquí! ¿Desde cuándo las ranas muertas pueden mover las patas?
Luigi Galvani se llevó un susto tremendo. La rana acaba de mover la pata que estaba manipulando.
Tras superar el susto inicial, Luigi Galvani siguió con su trabajo. Durante un rato no pasó nada, hasta que, de repente, la rana volvió a mover la pata.
-¡Qué extraño! -dijo Luigi Galvani.
Luigi Galvani repitió el proceso despacito y, entonces, se dio cuenta de lo que pasaba. Al tocar el gancho de bronce del que colgaba la rana con el bisturí de hierro se producía una energía que provocaba el movimiento de la pata de la rana.
Luigi Galvani pensó que lo que ocurría era que la energía contenida en la pata de la rana impulsaba la contracción muscular.
-Esto es electricidad animal -dijo Luigi Galvani-. La rana conserva su energía vital y yo he conseguido estimularla.
Luigi Galvani invitó a sus colegas a hacer el experimento para validar su teoría. Su colega, el científico Alessandro Volta, afirmó que los resultados eran correctos. Sin embargo, no le convencía la explicación que Galvani daba para justificar el movimiento de la pata de la rana.
-Queda claro que el impulso que hace que la pata se mueva es eléctrico -dijo Alessandro Volta a su amigo Galvani-, pero no entiendo bien los motivos que lo provocan.
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Pero los experimentos de Luigi Galvani no solo dieron pie a que su colega Volta inventara la pila, sino que también inspiraron el argumento de Frankenstein una de las novelas más importantes de la literatura universal
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